Transformo lo cotidiano en experiencias que resuenan con emoción y belleza, inspirándome en cómo el carbón, una materia prima básica, es el inicio de algo extraordinario. En este proceso creativo, cada pregunta sin respuesta marca el inicio de una transformación, un recordatorio de que incluso lo más fundamental puede dar origen a la magia.
La idea detrás del carbón es simple pero única: hacer algo que parezca carbón pero que sea completamente comestible y delicioso.
Empezamos con un bizcocho hecho en el microondas, sin complicaciones de moldes especiales, dándole un sabor que recuerda al carbón. Esto lo logramos con sésamo negro tostado, que además le da una apariencia muy parecida al carbón real. Pero no se queda ahí, para que no todo sea intenso y oscuro, añadimos un toque fresco y diferente con yuzu, ese cítrico que le da un contraste perfecto. Completamos la elaboración con una crema suave de yogur y algo crujiente para que cada bocado sea interesante.
Es una combinación de sabores y texturas que juega con lo que esperas y lo que descubres al probarlo.